Ya es una realidad, cada día se convierte en una lucha por la supervivencia en la selva, o mejor dicho, en nuestras carreteras. A diario, millones de coches transitan por nuestras carreteras, ya sea por dentro de pueblado o fuera. Todos aquellos que hacen uso de la vía pública, y que por lo tanto están capacitados para circular por ella, debe obedecer un mismo código que permita una convivencia en harmonía, a este se le llama código de circulación. No obstante, también es menester aprobar un examen teórico y práctico, en el cual demostraremos que nuestros conocimientos y aptitudes son los correctos para poder circular. Todo esto está muy bien, todos respetamos las normas, pero esto dura hasta que salimos de la autoescuela, a partir de aquí empieza el desmadre que yo vengo a criticar.
Desde hace tiempo empieza a irritarme el simple hecho de conducir, y si llevas moto aun te tratan peor de lo que cabe esperar, pues parece ser que como tu vehículo es más pequeño carece de importancia. Sin embargo, los que van en moto tampoco son angelitos, no me voy a poner ahora a citar casos. Lo que más me preocupa no es que algunos corran más que otros, sino que sistemáticamente se ignore la norma, produciéndose así un gran número de accidentes al día. Estos suelen darse casi siempre, curiosamente, en las rotondas, ese gran enemigo del conductor. La situación es más común de lo que creemos, el que circula por el carril del interior cree que no debe respetar al del exterior, de esta manera sale de esta cuando le apetece sin tener en cuenta a los demás vehículos, colisionando y, en la mayoría de casos y para nuestra sorpresa, increpando al inocente conductor al que le han fastidiado el día. En resumen, desconocemos aquello que en teoría sabemos, que son las normas de circulación.
Hasta aquí mi discurso no ha sido tan duro como cabría esperar, pero me duele como ciudadano el simple hecho de ver como familias enteras pierden a sus miembros por la irresponsabilidad de unos pocos. Estos pocos además suelen ser siempre los mismos, yo apuntaría a los que ya han pasado una cierta edad y no deberían conducir, junto con aquellos que creen ir por un circuito o compitiendo con sus amigos, pero la fiesta siempre acaba mal para los mismos. Por si fuera poco, yo mismo, y me da que gran parte del pueblo español, cree tener la mala suerte de que siempre la paga quien menos culpa tiene, yo ya estoy cansado de tener que frenar en las rotondas para que no me den, cuando no debería hacerlo, pero estoy seguro de que el día que lo hagan me echaran la culpa. El estado hace lo que puede, pone radares y se dedica a hacer controles, entre otras medidas, que no logran tener demasiado éxito y encima parecen elaboradas con el fin de recaudar dinerito.
En conclusión, y para no aburrir al que este leyendo esto, querría señalar que obviamente todos cometemos fallos, sin embargo unos pocos suelen andarse con más cuidado. Yo todavía llevo la L de novato, pero tome consciencia durante mi aprendizaje de lo que no debía hacer, solo se trata de tener un poco respeto por todos, haciendo posible la convivencia. Sé que es un tema al que le podría haber dado mucha más cuerda, pero por hoy ya me ha servido para desahogarme.