Hace unos días, vi a unos compañeros de clase leyendo la vanguardia, hasta aquí todo normal. Sin embargo, cuál fue mi sorpresa al descubrir que estaban mirando la sección de contactos. Con todo esto, decidí preguntarles que qué hacían, a lo que me respondieron que periodismo de investigación. De esta manera, cargado de valor, me dispongo a abrir la vanguardia para descubrir que se esconde detrás de tan fascinante apartado. Ah, antes de que se me olvide, el diario no lo he comprado yo, no estoy tan enfermo como para ir al quiosco a por un par de anuncios de señoritas.
He aquí la primera sorpresa. Una chica de pueblo se anuncia para financiar sus estudios. En mis tiempos solíamos vender camisetas.
No es que me haga gracia este anuncio, pero me ha escandalizado. No seré yo quien descubra la “sorpresa” de Daniela, la cual debe medirse en centímetros. “No hase falta desir nada más”.
Entre otras cosas, domina el arte de la ensaladilla rusa.
Qué mejor que una concertista joven y bella para introducirte en tan maravilloso instrumento.
Otra estudiante, aunque con esa edad (24a) mejor que vaya empezando a centrarse.
Y con Ana concluye nuestro repaso. He de decir que me ha costado entender el anuncio, pero, una vez lo he hecho, me ha recorrido un escalofrío el cuerpo.
No es que me haga gracia este anuncio, pero me ha escandalizado. No seré yo quien descubra la “sorpresa” de Daniela, la cual debe medirse en centímetros. “No hase falta desir nada más”.
Entre otras cosas, domina el arte de la ensaladilla rusa.
Qué mejor que una concertista joven y bella para introducirte en tan maravilloso instrumento.
Otra estudiante, aunque con esa edad (24a) mejor que vaya empezando a centrarse.
Y con Ana concluye nuestro repaso. He de decir que me ha costado entender el anuncio, pero, una vez lo he hecho, me ha recorrido un escalofrío el cuerpo.
Por cierto, aunque no tiene nada que ver, añado el siguiente vídeo, impresionante:
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