No, amigos. El título no está equivocado. Como últimamente no he tenido demasiado tiempo para dedicárselo al blog, y causa de esto han bajado las visitas, he decidido subir las de una manera: hablando de porno. Sin embargo, no os asustéis, las fotos de Carmen de Mairena están al final de la entrada, así que podéis seguir leyendo. Vamos al lío.
Se trata de un momento muy delicado para hablar de porno, tan delicado como los pezones de mimosin en una fría noche de invierno. La causa ya la conocemos todos: la crisis económica. Pese a esto, resulta curioso que una industria capaz de movilizar a tantos “miembros” esté de capa caída. No obstante, no os preocupéis por las actrices porno, a la hora de encontrar trabajo lo tienen chupao.
Yo la verdad es que estoy bastante enfadado con la gente por lo hipócritas que son. No nos engañemos, todos hemos visto porno alguna vez en nuestra vida. Sin embargo, es un tema tabú, de la misma manera que la masturbación femenina o los fantasmas. En definitiva, que a nadie les gusta hablar de ellos, pero están ahí y son cosas que pasan.
Por otra parte, esto de que la pornografía vaya mal favorece a un tipo de personas en concentro: el novio de la actriz. Se acabó el inventarse mil maneras de decir: cariño, ¿me haces la comida? (esto tiene doble sentido, sí). Además, mientras están comiendo podrán hablar de trabajo, pues antes, cuando el novio preguntaba por el trabajo, la mujer le contestaba algo así: pues mira, hoy he tenido que ayudar a unos de mis alumnos con el francés, pues decía que el sólo entendía de perritos y misioneros.
Por último, y para acabar, no olvidemos el trauma que puedan tener sus hijos cuando les pregunten por su madre:
Niño- Y tu madre ¿de qué trabaja?
Hijo -de reponedora
Niño-¿de reponedora?
Hijo-Sí, se dedica a poner bien los huevos al lao de los plátanos.
Se trata de un momento muy delicado para hablar de porno, tan delicado como los pezones de mimosin en una fría noche de invierno. La causa ya la conocemos todos: la crisis económica. Pese a esto, resulta curioso que una industria capaz de movilizar a tantos “miembros” esté de capa caída. No obstante, no os preocupéis por las actrices porno, a la hora de encontrar trabajo lo tienen chupao.
Yo la verdad es que estoy bastante enfadado con la gente por lo hipócritas que son. No nos engañemos, todos hemos visto porno alguna vez en nuestra vida. Sin embargo, es un tema tabú, de la misma manera que la masturbación femenina o los fantasmas. En definitiva, que a nadie les gusta hablar de ellos, pero están ahí y son cosas que pasan.
Por otra parte, esto de que la pornografía vaya mal favorece a un tipo de personas en concentro: el novio de la actriz. Se acabó el inventarse mil maneras de decir: cariño, ¿me haces la comida? (esto tiene doble sentido, sí). Además, mientras están comiendo podrán hablar de trabajo, pues antes, cuando el novio preguntaba por el trabajo, la mujer le contestaba algo así: pues mira, hoy he tenido que ayudar a unos de mis alumnos con el francés, pues decía que el sólo entendía de perritos y misioneros.
Por último, y para acabar, no olvidemos el trauma que puedan tener sus hijos cuando les pregunten por su madre:
Niño- Y tu madre ¿de qué trabaja?
Hijo -de reponedora
Niño-¿de reponedora?
Hijo-Sí, se dedica a poner bien los huevos al lao de los plátanos.
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