jueves, 13 de mayo de 2010

Lo que pasa cuando pierdes algo por casa



Ayer me encontré 5 céntimos dentro de mi impresora. No es que me dedique a desmontarla cada día, pero estaba imprimiendo un trabajo y me quede sin papel (ha sonado como si fuera papel de fumar o, lo que es peor, papel higiénico). A raíz de esto, recordé lo maravilloso que era perder y olvidar cosas por la casa, maravilloso hasta que vas al lavabo y ves que tu abuela no ha tirado de la cadena.

¿A quién no le ha pasado nunca? Buscas algo que necesitas y no lo encuentras; en cambio, cuando no lo necesitas, aparece. En este momento es cuando le preguntas a tu madre que dónde ha metido el objeto X, a lo que ella te responde: tú sabrás. Es en estas situaciones cuando más recordamos lo mucho que amamos a nuestras madres.

Sin embargo, tened mucho cuidado a la hora de invitar a alguien a vuestra casa. Imaginaos que invitáis a la familia y os pillan con la caja de condones en el comedor. Esto no es lo malo, lo malo sería que los preservativos sean de la marca family, entonces ya tendrás una charla sobre la importancia de la familia. Por si fuera poco, los niños te pedirán que les hinches a pulmón uno de esos globos. En esta línea, y para acabar, andaros con ojo a la hora de guardar el dinero, NUNCA lo dejéis en la mesita del lado de la cama en el que no dormís, pues como durmáis acompañados la chica se pensará que le habéis dejado propina.
¡Un saludo!

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